El ex arquero de River, que se coronó con la valla invicta en los Juegos de 2004, habló con Clarín.com sobre la intimidad de aquel grupo. Y no dudó en calificar a Marcelo Bielsa como "el mejor entrenador" que tuvo en su carrera. Vea el especial multimedia ( http://www.clarin.com/diario/2009/08/27/conexiones/home.html )
Germán Lux lucha por ganarse un lugar en el arco del Mallorca de España y sueña con volver a la Selección. Pero nada le podrá hacer olvidar la satisfacción que sintió el 28 de agosto de 2004, cuando Argentina consiguió primera medalla dorada de su historia. Por entonces, el de Carcaraña no se había asentado en la Primera División y estaba a la sombra de Franco Costanzo, pero a partir de mantener el arco invicto de aquella Selección que dirigía Marcelo Bielsa su carrera tomó impulso. En diálogo con Clarín.com, Poroto recordó ese histórico momento del deporte nacional.
"Me acuerdo que veníamos de una eliminatoria complicada, de quedar afuera con Brasil en la Copa América. Pero a partir de ahí todo fue muy lindo y para la Argentina fue importante porque nunca había conseguido la medalla de oro, pese a que siempre había estado cerca", dijo Lux.
-¿Qué significa para vos, en lo personal, haber ganado la medalla dorada?
- Sin dudas es el logro más importante de mi carrera hasta el momento, por lo que representa defender a tu país. Es totalmente distinto a un torneo con un equipo. Estos son seis partidos donde hemos ganado, hemos salido goleadores y hemos mantenido el arco invicto.
-¿Qué recuerdos tenés de ese Juego Olímpico fuera de la cancha?
-La experiencia en la Villa Olímpica fue espectacular, esos recuerdos, esos momentos de poder juntarnos con jugadores de básquet, de vóley, de ping-pong, de tenis, de todas las disciplinas. Con el equipo recuerdo las rondas de mate con el Kily González, Heinze, Mascherano, el profe Bonini y los utileros. Era un grupo muy unido, la calidad de personas que había en ese grupo era impresionante.
-¿Qué te dejó Bielsa?
-Es el mejor entrenador que tuve. Una persona que trasmite muchísimo y que te llega directamente. Nos hablaba en cada partido antes de entrar a la cancha y salíamos de una manera distinta, particular. Y eso nos llegó a todos. Nunca escuché a un jugador hablar mal de Marcelo.
