Germán recuerda la muerte de su hermano Sebastián. "Pensé en dejar de jugar al fútbol", dijo.
Hace casi dos años, el 21 de enero del 2006, el dolor invadió a la familia Lux. Sebastián, hermano de Javier y Germán, se suicidaba en Carcarañá, provincia de Santa Fe, donde aún viven Juan Carlos y Teresa, los padres del arquero del Mallorca. "En aquel momento me planteé no seguir jugando al fútbol, quería dejar todo", cuenta Lux, hoy en España, algo que entonces se rumoreó pero que jamás fue confirmado. "Pero bueno, mi viejo como que me echó de casa, me dijo que tenía que seguir adelante con mi vida, con mi carrera, y entonces recién después de 10 ó 15 días volví a River. Pero sí, fue cierto, yo no quería seguir jugando".
—¿Y ahora cómo están las cosas en tu casa?
—La familia está unida, y es la fuerza que nos da Sebastián por la que podemos seguir adelante. A veces, la verdad, me cuesta sonreír, el duelo se hace interminable, es un dolor que durará toda la vida. No todos los días son color de rosa, felicidad, ya todo, todo, es doloroso, y por eso entonces me gusta mucho ver sonreír a mi viejo, a mi vieja, me encanta.
—Sebastián laburaba con tu viejo. ¿Qué recordás de cuando lo hacías vos?
—De todo. Sebastián, Sebastián era el más terrible, el que se comía todos los retos. Cada vez que nos mandábamos alguna cagada aparecía el viejo y con Javier nos defendíamos, le echábamos la culpa a Seba, pobre, que siempre ligaba la peor parte.
—Che, pero...
—Y, no, je, era el del medio. El del medio es el que siempre se lleva el reto.
—¿Tenés pensado volver al campo?
—Me gustaría, claro que sí. Aún no sé qué haré cuando me retire, pero la cosecha me tienta, he aprendido mucho. Desde que dejé los pañales, como siempre dice mi vieja, hasta los 12 años, ha trabajado con mi viejo en Tres Arroyos y aprendí mucho en todo ese tiempo. Le dábamos a las máquinas, a las cosechadoras; todo eso, bueno, siempre después de ponernos a patear con Javier y Sebastián, los tres juntos, muy cerca de los tractores...
Diario Ole 13/12/07
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